"Un día emite palabra a otro día
Y una noche a otra noche declara sabiduría"
II
El alma humana anda buscando en todo el mundo a la verdad.
Quiere bailar con ella en la danza de la vida
Y rechazar siempre que pueda a la mentira
cuando esta así la invita, a bailar.
III
Así crece en nosotros la conciencia,
El deseo natural de que la verdad salga a la luz
De conocerla y darla a conocer,
De invitarla, si es que ha muerto, a renacer.
IV
Las verdades son propias, no ajenas.
Son objetos no sujetos a experiencias y a vivencias.
Tienen su lugar en el tiempo y el espacio
Y uno tiene su lugar en ellas, a través del vivir.
V
Mirando hacia el pasado, encontraremos nuestra historia
Mirando hacia el futuro: Nuestro porvenir.
VI
Son como los carros, en las avenidas:
Pasan por la vida
Apresurándose veloz.
Se escapan como agua entre los dedos de la gente,
Corriendo contra el tiempo como agujas del reloj.
VII
¿Por qué somos incapaces de entender lo que escuchamos?
Lo vemos con los ojos, más no lo interpretamos:
este mundo, esta vida,
este universo,
esta sinfonía que recita día a día
Las bellas melodías
Que ninguno de nosotros se detiene a escuchar.
VIII
Porque creemos que nuestra realidad es otra,
Creemos que el sufrimiento opaca la belleza,
Que hace mucho ruido, que opaca el sonido
De esta hermosa y meliflua Creación, que ofrece una perfecta adoración a su creador
...Supremo
... Y perfecto.
IX
La verdad es todo lo contrario:
No escuchamos el sonido, porque nosotros mismos preferimos ignorar.
Preferimos ocuparnos en las cosas de este mundo
Como si este mundo mismo no fuera algo temporal.
X
Busca la verdad,
Mientras vivas esta vida,
En cada paso, cada pulso,
Cada impulso, cada beso,
Cada abrazo, cada pensamiento.
XI
Vive el momento.
No te olvides del pasado y detente a escuchar,
A ver, a pensar.
XII
No hay mayor derrota...
No hay mayor naufragio...
XIII
No hay mayor deshonra que creer una mentira,
No hay mayor mentira que vivir en falsedad.
Ismael Concepción, 2016.