Es increíble como el Espíritu Santo va preparando el terreno de tu mente para cuando vas a recibir una mala noticia.
Comenzó trabajando un día antes, mientras estaba realizando un trabajo práctico para una de las materias que estoy tomando este cuatrimestre en la universidad, estaba un poco nervioso respecto a este. Mientras trabajábamos en un proyecto práctico para una de las materias que me tocaba tomar ese día, un compañero me dijo, de la nada estas palabras: "Bro, todo esto es vanidad, uno estudia, todos nos esforzamos por ganar un buen estatus económico, y al final de cuentas, todos vamos a morir algún día."
Luego esta mañana, mientras caminaba a tomar el transporte hacia la universidad, estaba muy nervioso debido a que tenía un parcial de matemáticas, no sé por qué, ni como entró este pensamiento a mi mente, pero interrumpió todo lo demás que estaba pensando:
"¿Qué pasaría si yo muriera hoy? ¿Qué pasaría con esta materia? ¿El índice académico por el que tanto me preocupo, irá conmigo al cielo? ó Las calificaciones en la universidad ¿me acompañarán en mi ascenso en el día de la resurrección? Acumularás riquezas en la tierra, pero al final ¿QUÉ PASARÁ CON ELLAS?".
No obstante a esto, lo que menos imaginaba, era que más tarde me darían la noticia de que un compañero de clases había muerto, realmente no puedo decir que eramos amigos, no puedo decir que vivimos muchas experiencias juntas, pero ya sabes, era de esas personas que resultan ser personas agradables y eso. Bueno, para no desvirtuar todo el contexto, la noticia me impactó tanto, porque me daría una importante lección de vida: NO TE AFERRES A ESTA VIDA. Es bueno vivir bien, es bueno llegar a tener una familia y mantenerla saludablemente; es bueno aportar cosas positivas a este mundo, pero es mejor aún trabajar en lo espiritual y hacer tesoros en el cielo donde nada te podrá separar de las riquezas que el Padre había guardado para ti y para mí.
Todo es pasajero, todo en el mundo material es vano y pierde el sentido en algún momento. Cito, para concluir, una gran cita del sabio rey Salomón:
"El polvo volverá a la tierra, de donde fue tomado, más el espíritu, vuelve a Dios que lo dio".